martes, 28 de julio de 2009

Ceares menguante y creciente


Los vecinos llenan Los Pericones de fiesta y lanzan reproches a la progresiva reducción del barrio, mientras Cenero se da a la fabada

Un barrio que hace años nacía detrás del colegio de los Jesuitas ahora se ve minúsculo y menguante. Los vecinos de Ceares contaron, con nostalgia, como se ha «quedado en nada». El Ayuntamiento nos está acorralando. Ahora solo nos quedan el cementerio y los Pericones», espetó la vecina Pili Vázquez. Pero, a pesar de su resentimiento por el 'olvido', el conjunto de vecinos se esmeró y se esforzó de tal forma que las fiestas salieran a las mil maravillas.
Ceares llenó el prao. «La noche del sábado fue una auténtica locura», comentó Pilar Ruiloba Fernández, vocal de la comisión de festejos. «Nos quedamos sin sidra y, aún así, la barraca no dejó de estar desatendida». Y aunque muchos jóvenes acudieron al prao con su sidra y sus pinchos, explicó, «tras la barra no paramos de trabajar». María Dolores González, tesorera de la comisión de festejos, apuntó que «sin los vecinos, nada de esto hubiera sido posible. Su apoyo económico y material han sido increíbles y el éxito se les debe a ellos».

Cordero para 200
Durante la manaña de ayer, a pesar de la exhibición aérea que estaba teniendo lugar sobre la playa de San Lorenzo, fueron muchos los que se animaron y se acercaron al parque de los Pericones para tomar un vermú y contemplar la actuación del grupo folclórico Coros y Danzas Jovellanos de Gijón. Tras los bailes, el cordero. La barraca sirvió un total de 200 raciones en pocos minutos y, según la tesorera de la comisión, «hay 60 personas que se quedaron sin ticket para venir. Lo vendimos todo en cuestión de días».
Por la tarde los niños fueron los protagonistas. Disfrutaron de una sesión de juegos populares organizados por el grupo Garrapiellu, un chocolate con churros para reponer fuerzas y una sesión de magia.
Los mayores tuvieron que esperar hasta las nueve y media de la noche para volver a mover sus esqueletos, esta vez la fiesta fue amenizada por la orquesta Karine.
Bajo el sol abrasador que acompañó durante toda la jornada, los vecinos de Trubia disfrutaron de una fabada en toda regla. Tras la misa y la procesión en honor a la Virgen de la O, el grupo de baile Tuxurrón interpretó bailes tradicionales.
En la comida se repartieron 300 raciones de fabada y otras 300 de arroz con leche. Por la tarde, los juegos tradicionales divirtieron a los niños mientras los mayores charlaban y jugaban al bingo. Llegada la noche, la organización preparó una costillada gratuita que disfrutaron más de 200 comensales. Para chuparse los dedos.

El restallón de Poago
Poago celebró su día grande con la tradicional quema del Restallón tras la celebración de la misa cantada por el Coro Cantábrico. Después, los vecinos disfrutaron de la sesión de vermú y por la noche bailaron al ritmo de la orquesta navarra Cartoon-Ban bajo la descarga de fuegos artificiales. La noche se alargó hasta las dos de la madrugada con la tradicional verbena del Farolillo y la gran chocolatada para despedir los tres intensos días de fiesta.
El Centro Gallego celebró el día de ayer con una actuación de teatro asturiano y una verbena noctura de la mano de la orquesta Marimba.

El Comercio 27/07/09

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