

Ceares llenó el prao. «La noche del sábado fue una auténtica locura», comentó Pilar Ruiloba Fernández, vocal de la comisión de festejos. «Nos quedamos sin sidra y, aún así, la barraca no dejó de estar desatendida». Y aunque muchos jóvenes acudieron al prao con su sidra y sus pinchos, explicó, «tras la barra no paramos de trabajar». María Dolores González, tesorera de la comisión de festejos, apuntó que «sin los vecinos, nada de esto hubiera sido posible. Su apoyo económico y material han sido increíbles y el éxito se les debe a ellos».
Cordero para 200
Por la tarde los niños fueron los protagonistas. Disfrutaron de una sesión de juegos populares organizados por el grupo Garrapiellu, un chocolate con churros para reponer fuerzas y una sesión de magia.
Los mayores tuvieron que esperar hasta las nueve y media de la noche para volver a mover sus esqueletos, esta vez la fiesta fue amenizada por la orquesta Karine.
Bajo el sol abrasador que acompañó durante toda la jornada, los vecinos de Trubia disfrutaron de una fabada en toda regla. Tras la misa y la procesión en honor a la Virgen de la O, el grupo de baile Tuxurrón interpretó bailes tradicionales.
En la comida se repartieron 300 raciones de fabada y otras 300 de arroz con leche. Por la tarde, los juegos tradicionales divirtieron a los niños mientras los mayores charlaban y jugaban al bingo. Llegada la noche, la organización preparó una costillada gratuita que disfrutaron más de 200 comensales. Para chuparse los dedos.
El Centro Gallego celebró el día de ayer con una actuación de teatro asturiano y una verbena noctura de la mano de la orquesta Marimba.
El Comercio 27/07/09